domingo, enero 07, 2007

Desde mi mar


Esta noche escribo desde una calma que hacía mucho tiempo que no sentía. Me siento tranquilo, protegido, en mi pequeña isla iluminada tan sólo por una vela y el reflejo tenue de la pantalla del ordenador. El aire fresco me da en la cara y oigo de fondo las olas de un mar que es el mío. Sereno, cercano, vivo... A veces no necesito nada más que lo tengo en esta noche llena de nubes, este ahora en el que puedo cerrar los ojos y dejarme volar sin quedarme en ningún sitio, en nadie, ni siquiera en mí. No tengo frío, no tengo sueño, no tengo miedo. Podría estar horas así, ver amanecer desde este agua en el que me he estado meciendo durante un tiempo que ni siquiera me he preocupado de controlar. Y no me quedo en la orilla, me meto, me mojo, me dejo... Entrad, da igual, esta noche da igual. Estoy conmigo, con mi corazón, todo vale. Gritad, reid, llorad, lamentaos, rogad, escuchad, meceos, acariciad, susurrad, mirad con el alma... pero nunca os alejéis de vuestro mar. Volved a él de vez en cuando, abandonaos en él y luego me contáis. Buenas noches.